Fecha 4: Una victoria emotiva

Yo me lo imaginé, qué quieren que les diga... El domingo por la madrugada cuando me fui a dormir se me vinieron a la mente algunas imágenes de un posible partido ante Agüero, en el cual contribuía con puntos y ganábamos... Apenas aporté un doble, pero el triunfo lo logramos y me emocioné.

Tenía muchas ganas de jugar, como siempre. Horas antes, mientras trabajaba en la PC, puse sobre mi cama la "pilcha" celeste para afrontar una nueva "batalla". Más tarde me preparé, me llevaron al club, y ya estaban casi todos ustedes. Al rato llegaron los de Agüero, que en vez de 12 parecían ser 20 jugadores, je. La mayoría de los campeones, a quienes nunca les habíamos podido ganar, se hicieron presentes.

Posteriormente el DT dio la charla en el vestuario; a continuación, Marce dijo algunas palabras. Cuando terminó la arenga le pegué a uno de los bancos y volví a la cancha motivado, pensando: "¿Por qué no?"

Se acercaba la hora de la verdad. La hinchada y la bandera que hizo Chusa se encontraban en sus respectivos lugares. Sólo restaba poner la pelota en el aire.

El entrenador se decidió por otros nombres para arrancar el encuentro, por ende tuve que respetar la decisión y apoyar desde afuera a mis compañeros. Sentado en "el roble", con Gonza seguimos todas las alternativas en el comienzo, hasta que a él le tocó ingresar por Ale y en la primera que tuvo convirtió.

El trámite era parejo y, si no me equivoco, sobre el final del primer cuarto entré por Rama e hice un foul. Después llegó el doble, que por lo que me dijeron estuvo bueno; corté por el medio, Gonza me la pasó arriba, y no sé bien cómo definí, pero lo importante fue que entró, je. Al término de la etapa inicial, gracias a una ínfima superioridad, ARGENTINO DEL OESTE B ganaba 32 a 24.

Durante el entretiempo, un memorioso Juanca se acercó para felicitarme por mis primeros dos puntos oficiales de 2011. No sabía si alegrarme o deprimirme, jaja.

Atrás quedó el periodo de descanso y nuevamente había que salir a defender la camiseta. Poco se notó en el comienzo, porque la diferencia de 8 se redujo a nada. Después fuimos "palo y palo" hasta conseguir un doble de ventaja de cara al último cuarto, pero de movida el Pelado (no sé cómo se llama) clavó un triple y Agüero pasó al frente 43 a 42. Por ello fue que el DT pidió minuto a la mesa y nos dijo: "Esta historia ya la conozco, vamos a cambiarle el final".

Bajo un clima tenso volví al banco. Al rato se sumó Carlos, que salió por cinco faltas. Y como ve mejor que yo empecé a consultarle por el tablero, je.

De esos últimos pero eternos minutos finales recuerdo que Nahuel continuó con su faena en ataque, Barba sacó una falta e hizo otra que nos dolió a todos, aunque tácticamente muy buena; Ale clavó un "triplazo" que lo festejamos como nunca, y Marce condujo al equipo con inteligencia. Además, los cuatro encestaron libres, algo fundamental en la definición del encuentro.

Faltaban segundos y me dí cuenta de que estaba todo controlado. Les íbamos a ganar. Antes de que sonase la chicharra ya empecé a emocionarme, a exteriorizar mi alegría. Llegó el final (56-51) y lo busqué a mi Viejo, pero tardé en encontrarlo. Había ido a saludar a todos los rivales. Lo felicité, giré, y lo vi a Marce, con quien nos estrechamos en un abrazo. Así fui saludando a todos los que se me cruzaban.

Párrafo aparte para Edu, que desde un primer momento entendió su papel dentro del equipo y no se desanimó por no jugar. Al contrario, alentó como cada compañero que esperó por su oportunidad.

Lamento si alguien quería más protagonismo en el texto, pero se me ocurrió redactarlo así. No fue un triunfo más, saldamos una cuenta pendiente. Y espero que sea un envión anímico para lo que viene.

Gracias a todos,

#14

PARCIALES: 11-11; 32-24; 42-40; y 56-51.

PUNTOS: Nahuel, 16; Ale, 14; Gonza, 12; Marce y Barba, 5; Carlos y Martín, 2.

FALTAS: Carlos, 5; Ale, 3; Juanca y Rama, 2; Barba, Gonza, Nahuel, y Martín, 1.

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